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7 de diciembre de 2013

De repente

Sin previo aviso, así llegó.
El miércoles por la tarde esperaba al técnico de la caldera, que no era el que llegaba sin previo aviso. Esperaba tranquilamente frente al ordenador y de repente uno de mis ojos empezó a hacerse pequeño, la vista medio nublada porque mi ojo, además de pequeño, se estaba llenando de lágrimas y así, también de repente, fue mi nariz la que se inundó. Se inundó y empecé a estornudar como una posesa.
Mierda! me he resfriado, así de repente y sin previo aviso, me he resfriado!.
El jueves lo pasé como pude a golpe de antigripales, tenía obligaciones que no podía eludir y una cenita onlygirls que no me quería perder. 
A pesar de los mocos y del malestar general resistí el día, y la noche. Incluso lo disfruté.
El viernes fue terrorífico, trasnochada y acatarrada me costó ser persona, pero el empeño por no dejar de hacer mi plan puentero (mis clásicas galletas de navidad) hizo que me armase de valor y bajase al super a por huevos, harina, mantequilla y azucar... no me dio para más.... "empezaré mañana con la elaboración". 
Hoy sábado me he levantado tempranito y con la energía acumulada tras horas de camita y tele, me he puesto manos a la masa. De momento cuatro masas: con jengibre, con canela, con vainilla y limón y con cacao. 
Todas en el congelador, las rocas de chocolate y el brownie quedan para otro finde, para el último antes de Navidad. 
El horneado de las galletas también queda para otro día, así estarán más recientes y yo más recuperada.
Ahora me toca pensar como las presento este año...
Esto también lo haré mañana (o pasado...), el dichoso catarro le grita a mi cuerpo y a mi cerebro ¡DESCANSA!

Bueno, menos mal que mañana vuelve a ser domingo....

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