No es que no me guste el verano. O sí, quizás es que no me gusta el verano. Aunque no todo lo que es el verano no me gusta. Me gusta la luz del verano al atardecer, me gustan las noches de verano, me gusta el olor del verano, me gustan las tormentas de verano, me gusta el olor de después de las tormentas de verano... Hay muchas cosas del verano que me gustan; me gusta ir sin abrigo, me gusta ir descalza por casa. Incluso en verano me vuelve a gustar la cerveza.
De niña el verano era otra cosa, el verano era el veraneo. Vacaciones, pandilla, playa...
Poco a poco el veraneo dejó de existir. El veraneo se redujo al mes de agosto, cuando te daban vacaciones en el trabajo y tu sueldo, la paga extra, la invertías en algún viaje.
Las cosas han cambiado mucho, en realidad hace mucho que empezaron a cambiar. Con los hijos el verano empezó a ser la época en la que tenías que hacer malabarismos para que estuvieran atendidos mientras tu trabajabas. A partir del 21 de junio y hasta el 15 de septiembre a montárselo con esplais, amigos, familia... verdaderamente estresante...
Los niños crecen y los tiempos cambian. Ahora no tengo jefes que me den vacaciones pero tampoco tengo paga extra. Y últimamente, con la que está cayendo, aún gracias si en agosto tengo paga.
Para más inri no te escapas a la preguntita de turno: ¿qué haces en vacaciones?
Hibernar! eso es lo que voy a hacer estas vacaciones.
Yo te puedo ofrecer hibernar un rato (o sea, unos días, los que tú quieras) en mi casa de pueblo de Enveitg, en la Cerdanya.
ResponderEliminarCalor sin humedad durante el día, fresquito (con manta en la cama) por la noche.
Río, lagos, barbacoas, jardín, huerto, paseos, lectura, charlas, silencio, pájaros, nubes, tormentas,...
Una delicia!!!
Y a sólo a 100 min. de Barcelona en coche.
Tú sabrás si te interesa. Yo encantando de recibirte!!!
Gracias Paco, lo sé. Hibernar en agosto es casi una elección, pero lo tendré en cuenta si decido deshibernar un rato...
EliminarNo hace falta que deshibernes.
ResponderEliminarPuedes seguir entregándote a la hibernación en Enveitg, aún a pesar de mi presencia.
El agosto pasado me dediqué en mi casa ceretana en exclusivamente a la lectura, a la huerta, a escribir, pensar, meditar, contemplar,... y sólo hablaba si alguien me acompañaba en la comida o en la cena.
El resto, silencio.