Páginas

17 de septiembre de 2012

Pasado Presente

Cuando digo que algunos muebles tienen alma no lo digo gratuitamente y hoy he tenido una excelente ocasión de comprobarlo.
Nos habían encargado restaurar un mueble de cajones que sirvió de clasificador en la antigua farmacia del abuelo de su dueña. Hoy lo han venido a recoger, lo teníamos tapado con una sábana para preservarlo del polvo de manera que cuando han pasado a la trastienda para cargarlo ahí estaba,  tapado como cuando un artista tapa su obra y la descubre ante la sorpresa de los presentes. No era esa la intención pero ese ha sido el efecto...
Cuando la nieta lo ha tenido delante no ha podido evitar emocionarse, pero emocionarse hasta el punto de caérsele las lágrimas. En unos pocos minutos ha recuperado una parte de su infancia de la que ese mueble formaba parte. Cada tarde, a la salida de la escuela, ese mueble de la farmacia del abuelo le obsequiaba con una golosina.

Supongo que muchas han sido las emociones que ha revivido porque la sensación era como si se hubiera reencontrado con alguien muy querido que hacía tiempo que no veía.
Lloraba de alegría pero también de pena, casi me pongo yo también a llorar... bueno los ojitos ahí estaban ya algo nublados, a puuunto.
Pero no, ese no era mi llanto.

2 comentarios:

  1. Conozco bien a tu cliente, C.R., y puedo asegurarte que posee una extrema sensibilidad, al igual que también era poseedor de un corazón desbordante su tío médico pediatra, que lo era de mi infancia.
    Ella es para mí una mujer queridísima!!!
    Es un enorme placer el que me concede al almorzar de vez en cuando conmigo y dialogar e intercambiar impresiones.
    Cuántas ganas tengo de volver a compartir con ella!!!

    ResponderEliminar
  2. Qué casualidad! Curioso de verdad....

    ResponderEliminar