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21 de agosto de 2012

La Belleza De Las Cosas Imperfectas

Era la víspera de Noche Buena. Por primera vez organizaba la cena familiar en mi casa, quería tenerlo todo a punto e impecable para recibirles.
La abuela paterna de mis hijos había venido de Alemania para pasar esas Navidades con nosotros, se alojaba en casa. Viendo mi evidente nerviosismo me dijo (supongo que para relajarme): "Helena, lo perfecto es imperfecto".
Reconozco que en ese momento me sentó como un tiro.
Aún hoy creo que ese comentario no fue el más oportuno dada la coyuntura pero sí tengo que reconocer que en muchas ocasiones recuerdo esa sentencia y que, a medida que ha ido pasando el tiempo, cada vez la comparto más.


Es muy estimulante encontrar una manera de expresar aquello que hace años que llevamos sintiendo, aunque sean otros los que lo expresen y uno el que lo recoja y comulgue.


Escribo, borro, reescribo,
Borro otra vez, y entonces
Florece una amapola.
(Hokushi)


Buceando por la red he dado con algo que llaman wabi sabi.
El wabi sabi es una filosofía japonesa nacida alrededor del siglo XIV que surgió como reacción a la perfeccion y la suntuosidad.
Se define como la belleza de las cosas imperfectas, mudables e incompletas.
Cosas sencillas que han ido adquiriendo su belleza con la edad.

Es interesante señalar que el wabi sabi no es sólo un estilo o una tendencia de diseño, sino que se trata, más bien, de una corriente filosófica  que resalta el valor de lo humilde destacando la armonía latente en los objetos y su vínculo con la naturaleza.
Richard R. Powell lo resume diciendo que el wabi sabi cultiva todo lo que es auténtico y reconoce tres sencillas realidades: nada dura, nada está completado y nada es perfecto.

Por deformación profesional me interesa especialmente su expresión aplicada a la decoración. Estoy convencida de que el diseño y la decoración de un espacio son aspectos que influyen en el ánimo de sus habitantes.
Andrew Juniper afirma que si un objeto - o expresión - puede provocar en nosotros una sensación de serena melancolía y anhelo espiritual, entonces dicho objeto puede considerarse wabi sabi.

¿Cómo es un espacio wabi sabi? 
Los ambientes wabi sabi evitan los objetos llamativos, la decoración superflua y ostentosa, y apuestan por la simplicidad y la pureza. Las pequeñas imperfecciones adquieren un sentido especial ya que, a pesar de lo que pudiera parecer, nada dista más de lo mísero: la madera envejecida, las telas naturales, la pintura desconchada, la planta que crece de la grieta de un muro abandonado, las rajaduras de una jardinera de barro,  el metal oxidado...

Aquí os dejo algunas imágenes que reflejan esta manera de entender los espacios y los objetos wabi sabi.







El paso del tiempo imprime en los objetos esas imperfecciones que los hacen perfectos, belleza que sólo se alcanza con la edad.
Yo siempre había hablado del alma de los objetos, creo que el wabi sabi vendría a ser lo mismo.

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