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23 de mayo de 2011

ASÍ CONOCÍ A LUCÍA -3. TIERRA DE NADIE

"¿Nunca has tenido la sensación de no estar viviendo tu propia vida, casi como si fuese otro el que la vive por ti?".

A veces nos resulta más fácil hablar de ciertos temas con personas a las que acabamos de conocer quizás porque nos da tranquilidad pensar que el otro parte de cero,sin ideas preconcebidas. Podemos contarle nuestra vida desde la perspectiva que elijamos, el punto de partida lo determinamos nosotros.
No casualmente Lucía decidió que ese era el kilómetro cero de la historia de su vida.

"Como en tantas otras ocasiones hay episodios que marcan un antes y un después, el tema es cómo vives el momento que está entre los dos. Mi antes me apremiaba a modificar algunas cosas que habían estado bien hasta entonces pero que empezaban a ser insuficientes. Mi después... bueno a mi después ya llegaremos... si quieres...

Abrí de par en par mi fortaleza, desde un tiempo con los portones cerrados a cuatro llaves, para dejar entrar la claridad del día. Alguien me había dicho que valía la pena...
Me propuse iniciar un nuevo viaje en mi vida y embelesada por la luz cálida de los atardeceres de ese otoño, me dejé deslumbrar...
Sí, me dejé llevar y empecé un capítulo tan mágico como frágil.

Pisé  Tierra de Nadie...

Y llegó el invierno, con su cruda belleza, y el frío encontró una grieta por donde colarse. La duda volvía a ganar terreno y dando palos de ciego quise recuperar mis cuatro llaves...
Desorientada y asustada intenté alimentar un fuego con astillas; fui incapaz de encontrar nada mejor, quizás porque aún faltaba mucho camino por recorrer... quizás porque el viaje acababa de empezar.
Nadie me advirtió que recordara que no iba a ser fácil...y que no iba a hacerlo sola...
No supe controlar a esa otra que se había propuesto vivir mi vida, que no se había limitado a acompañarme y que, no se por qué motivo, parecía tener mucha prisa.
Se me escapó de las manos...
He tardado en reconciliarme...."

Dos primaveras después Lucía recuperó las llaves y recordó que,aunque un día solamente las quiso para volver a cerrar,también podían abrir. Simplemente tenía que cambiar la dirección del giro. 

Me quedaban muchas Lucías por conocer...

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